El miedo es una emoción humana fundamental y primaria que juega un papel fundamental en nuestras vidas. Mucho se ha venido investigando y explicando su función adaptativa y desadaptativa. Entendemos como adaptativa cuando respuesta natural a una amenaza real y percibida; y desadaptativa en cuestiones de frecuencia, intensidad y duración.
¿Qué podemos decir sobre esta emoción desde la psicología forense?
Se ha demostrado que en algunos casos el miedo puede ser tan intenso que anula la capacidad de una persona para actuar racionalmente. En este caso nos referimos a lo contemplado por las diferentes legislaciones en cuanto a las causas eximentes que anulan o atenúan la responsabilidad penal de un individuo.
Hablamos así de:
- Miedo insuperable: referente a un estado de terror tan intenso que anula la capacidad de actuar del individuo. Este miedo debe ser grave, real, e insuperable para la persona en la situación específica.
- Legítima defensa: referido al estado de una persona cuando actúa en defensa propia o de terceros ante una agresión ilegítima. La defensa debe ser necesaria, racional y proporcional a la amenaza.
- Estado de necesidad: referido a cuando la persona actúa para evitar un daño mayor a sí misma o a terceros. El daño que se busca evitar debe ser real, inminente e inevitable por otros medios.
Comentamos así de las diferentes causas eximentes de la responsabilidad penal o imputabilidad.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de la evaluación de dicha emoción?
Tenemos que analizar diversos factores:
- Intensidad del miedo: Se evalúa la gravedad del estado de terror que experimentó el individuo.
- Capacidad de actuar: Se analiza si el miedo anuló o limitó la capacidad de la persona para comprender y controlar sus acciones.
- Realidad de la amenaza: Se verifica si la amenaza que generó el miedo era real o imaginaria.
- Posibilidad de evitar la situación: Se analiza si la persona tenía la posibilidad de evitar la situación que le generó miedo.
¿Dónde nos podemos encontrar las manifestaciones del miedo en el ámbito forense?
En las víctimas: El miedo es una respuesta natural al trauma y la victimización. Puede manifestarse como ansiedad, fobia, pesadillas y otros síntomas de estrés postraumático.
En los acusados o perpetradores: El miedo puede ser un factor motivador en la comisión de delitos, ya sea como respuesta a una amenaza percibida o como búsqueda de control o poder. Esto supone una pequeña contribución al estudio del miedo. Si te interesa leer más sobre el tema, como siempre desde Psicalma siempre recomendamos la lectura. En este caso a uno de nuestros mentores que siempre mencionamos: Enrique Esbec.