Los menores en psicología forense: Sobre la infracción

A lo largo del blog hemos hablado de las problemáticas que afectan al menor y se relacionan con nuestra disciplina. Hemos hablado así de la Guardia y Custodia, el Síndrome de alienación parental, el Abuso Sexual Infantil, etc.

Sin embargo, existen otros aspectos en la justicia penal juvenil que afectan al menor. En este caso cuando hablamos de los menores infractores.

Desde el sistema de justicia juvenil encuadrado en el Ministerio Fiscal, se ha partido históricamente de la idea de que se necesita una labor de protección y sanción educativa hacia los menores que cometen delitos. En nuestro país la legislación acerca de la responsabilidad penal (concepto relacionado con el de imputabilidad) comprende una jurisdicción específica para los menores de entre los 14 a los 18 años.

Como decíamos la justicia juvenil se orienta mucho más a la reinserción, siendo menos punitivista con respecto a los adultos. Buscamos entonces, entender no sólo las causas de la delincuencia juvenil, sino también de los programas o servicios dirigidos a dicha rehabilitación educativa.

Como muchas veces decimos en la comisión del acto delictivo pueden influir o converger numerosos factores. En los menores, encontramos que dicha problemática también es compleja. Podemos entender o desgranar en diversos factores de riesgo:

• Factores individuales: el estadio evolutivo propio de la adolescencia, problemas y dificultades en la resolución de conflictos y habilidades sociales…
• Factores familiares: determinantes en la historia problemática y relacional del menor en cuanto a aspectos como abandono, maltrato, disfunciones familiares…
• Factores sociales: el grupo de iguales de riesgo, falta de ocio y actividades prosociales en el entorno, pobreza, marginación…

Últimamente en la literatura y la práctica nos encontramos que se ha venido incrementando los delitos en cuanto a la violencia intrafamiliar, especialmente de padres a hijos. De tal manera que se ha visto que el nivel socioeconómico siendo muy importante, no es tan determinante en las familias del infractor.

Es evidente que existen o se dan numerosas consecuencias negativas tanto para el menor, como los posibles perjudicados y afectados. Desde a nivel social en cuanto al aumento de la inseguridad ciudadana o la disminución de la confianza en las instituciones, hasta en los propios menores infractores (trastornos mentales, riesgo de reincidencia…). Para nosotros es importante desde Psicalma poder acercarnos a esta problemática, que desgraciadamente va en aumento en estos últimos años. Si te interesan todos estos temas, te invitamos a que le eches un ojo al resto de artículos del blog.