Los trastornos de personalidad en psicología forense (cluster C)

En los anteriores posts hablábamos de los trastornos de personalidad del Cluster A  (Paranoide, Esquizoide y Esquizotípico) y Cluster B  (Límite, Histriónico, Narcisista y Antisocial) en su relación con las características tipológicas sobre móvil o motivo del crimen, tipo de delitos, violencia empleada…

Quedaría por tanto el último grupo de trastornos de personalidad (Cluster C). En su relación con la delictología o criminodinamia según la literatura científica tenemos:

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo o Anancástico de la Personalidad: definido como el patrón generalizado de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal. Su estilo de personalidad previo se relaciona con fuertes principios morales, consciente, responsable.. donde los demás son vistos como irresponsables o despreocupados.

Los delitos violentos son de poca frecuencia en estas personas, pero pueden cometer actos de extrema violencia en episodios de ira descontrolada. Generalmente las víctimas son personas cercanas. Se encuentra que dada la poca frecuencia de este tipo de delitos en estas personas, cuando se comete, carecen de antecedentes penales y la reincidencia es poco probable.

El Trastorno Dependiente de la Personalidad: entendido como la necesidad profunda y excesiva de ser cuidado, lo que puede conducir a conductas de sumisión y temores de separación. Percepción de sí mismo como alguien débil y necesitado, donde los demás son vistos como personas que cuidan, apoyan y son fuertes.

La angustia e ira intensa ante el abandono real o imaginario, puede conducirlas a actos de violencia de género, lesiones… Se puede ver en el móvil diferentes puntos de tipos de delitos: en unos, desde la inseguridad y los celos pueden desencadenar estados emocionales y actos que lleven al homicidio; y en otros, la ausencia de iniciativa, el miedo, la subordinación hacia los demás pueden llevarles a cometer delitos por omisión.

El Trastorno Evitativo de la Personalidad: aquel patrón generalizado de inhibición social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad ante la crítica o evaluación negativa. Se perciben como personas vulnerables al rechazo, al desprecio… frente a los demás como críticos o superiores. Su estrategia principal es generalmente la evitación de situaciones de evaluación, sentimientos o pensamientos desagradables.

Es el trastorno base de personalidad frecuentemente asociado a los delitos contra la libertad sexual, concretamente las parafilias.

En el caso de varones donde se da agresión sexual o violencia, la motivación suele ser la ira, ya que a veces viene acompañado de sentimientos de venganza hacia la mujer, ya que se resienten por no poder entablar relaciones o haberse sentido ridiculizados en el pasado.

Las víctimas suelen ser personas conocidas por las que se sienten rechazadas o desconocidas de las que sienten un rechazo real o imaginario.

Podemos terminar este artículo y este grupo de posts sobre la delictología en los trastornos de personalidad, presentando las cuestiones que debe tener presente el perito o psicólogo forense acerca de los trastornos de personalidad. Tenemos que tener en cuenta:

1. Si se acredita que el acusado o procesado padece uno o varios trastornos de personalidad, cuales son y su gravedad. Si no se puede acreditar, lo mencionamos en términos de probabilidad.
2. Aclaración de que es un trastorno mental incluido en la nosología internacional y que no se trata de rasgos aislados o “rarezas”.
3. Aclarar que dicha psicopatología es de inicio precoz, frecuentemente en la infancia o adolescencia de explicación epigenética (bases genéticas, neuroquímicas y psicosociales).
4. Señalar la comorbilidad con otros trastornos si existiese.
5. ¿Afecta esta psicopatología a las facultades cognitivas y/o volitivas ? En caso afirmativo, señalar el grado.
6. Propuesta de medidas terapéuticas.