El proceso de evaluación psicológica forense

El objetivo de la Psicología forense es realizar una valoración psico-legal en un contexto judicial. Es decir, poner en relación aspectos del funcionamiento psicológico con cuestiones jurídicas.

Por tanto, a diferencia de otros contextos evaluativos, la evaluación psicológica forense o pericial debe regirse por los siguientes principios:

• Debe ser un proceso estructurado que permita su replicabilidad.
• Requiere formulación y contrastación de hipótesis.
• Constituye un proceso de toma de decisiones para llegar a la solución de un problema, en este caso psico-legal.

¿Cuáles son las características de dicho tipo de evaluación?

• La persona evaluada está inmersa en un proceso judicial. Por lo que no existe voluntariedad por parte del sujeto a la exploración o dicha voluntariedad está mediada por la estrategia de defensa del letrado.

• El proceso judicial es un estresor de primera magnitud para las personas, lo que puede constituir un factor distorsionador de los datos de información.

• Las ganancias secundarias derivadas del carácter legal de todo informe psicológico forense, las cuales pueden aumentar la probabilidad de manipulación de la información aportada por los peritados para obtener un beneficio o evitar un perjuicio.

• El objetivo de toda exploración forense psicológica es dar respuesta a la demanda solicitada desde el ámbito jurídico.

¿Cuáles son las etapas del proceso de la evaluación psicológica forense?

• Solicitud de la evaluación pericial o forense. El técnico (perito) ha de responder a la demanda del operador jurídico. Importante tener en cuenta: ¿Estoy cualificado para afrontar dicha demanda?, ¿Se vulnera algún principio deontológico?, ¿Puede la ciencia psicológica dar respuesta a la cuestión planteada?…

• Primera recogida de información. Con anterioridad a la primera sesión de exploración se recomienda que el psicólogo forense realice un análisis de la documentación legal disponible. Esto servirá para generar las primeras hipótesis de trabajo y estructurar la evaluación.

• Formulación y operativización de hipótesis mediante instrumentos y procedimientos de evaluación. En función de las variables psicológicas especificadas, se deben operativizar  para seleccionar los procedimientos de evaluación más adecuados.

• Contrastación de hipótesis. Una vez recogida la información, el profesional procederá a la integración, análisis e interpretación de los resultados.

• Comunicación de resultados a través del informe psicológico forense y traslado al operador jurídico demandante. El proceso concluye con la elaboración del informe psicológico forense, el cual adquiere la condición de documento legal y está sujeto los principios legales que garanticen una tutela judicial efectiva (publicidad, oralidad, contradicción e inmediación).

• Ratificación. Si el órgano judicial así lo acuerda, el psicólogo forense deberá comparecer ante el mismo e intervenir en el sentido recogido en el artículo 347 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Como hemos visto, el proceso de evaluación psicológica forense, puede compartir algunos aspectos con el proceso de evaluación en otros contextos, como el clínico, social…etc. Y aunque se comparte con estos el conocimiento de la ciencia psicológica y psicopatología. Dada su naturaleza específica, en nuestra clínica hemos decidido contar con profesionales especializados en esa área que puedan ofrecer este servicio.